Juan 10, 27-30 - Probando sonido ¿se escucha? - Viviendo el Evangelio a través de la música



Viviendo el Evangelio a través de la música
Juan 10, 27-30 - Probando sonido ¿se escucha?
4to domingo de pascua


En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Viviendo el Evangelio a través de la música
COMENTARIO

Todos los músicos sabemos que “escuchar” es fundamental, pues ese es el primer paso de toda la actividad musical, antes, durante y después. Por ejemplo, para aprender a tocar una canción debemos primero escucharla, y cuando el compositor va a crear una obra, parte también de la audición que internamente tiene de su creación. Sabemos también que al dar un concierto la disposición del auditorio y las condiciones del espacio sonoro donde se desarrolla el mismo deben facilitar la escucha de la música por parte del público, pero atentos, porque también como músicos sabemos que necesitamos de un buen sistema de sonido y de una buena acústica que nos permita escuchar fielmente lo que tocamos. Y finalmente, todo músico sabe que debe “entrenarse” para escuchar, pues mientras más capacitado esté, más herramientas tendrá al momento de interpretar, componer, acompañar, y así, será un mejor músico, pero creo que en este caso debemos decir que será mejor “oveja”.

Entonces, las ovejitas del Señor debemos aprender a escuchar su voz, preparando un espacio “acústico - espiritual” ideal para que podamos escucharle en alta fidelidad el tiempo que queramos, donde no hay ruido externo que interfiera la audición, un lugar idóneo para el encuentro como el que nos recomienda Jesús en Mateo 6,6: "cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto", y así, como el compositor podremos escuchar la voz del Señor que nos habla internamente.

Examinemos nuestro actuar a la luz de lo que Jesús nos pide: ¿le estamos escuchando constantemente?, ¿hacemos nuestro entrenamiento auditivo espiritual diariamente? por medio de la lectura de su palabra, la oración, o la eucaristía y, ¿le estamos siguiendo? ¿ponemos en práctica lo que nos dice a cada uno?, ¿vivimos su palabra en nuestro trabajo, estudio, o entorno familiar?

Acudamos al Espíritu Santo para que nos enseñe a escuchar su voz y nos de la fuerza para seguirle en todos los momentos de nuestras vidas.

Madre del cielo, enséñanos a escuchar y seguir a Jesús como tú. Amén.
 

Formación Musical diaria por Télegram t.me/ministeriodemusica 
Músicos Católicos | Música Católica

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