Art. 113 Sacrosanctum Concilium
Constitución sobre la sagrada liturgia.
Capítulo VI dedicado a la música Sacra.
Primacía de la Liturgia solemne
113. La acción litúrgica reviste una forma más noble cuando los oficios divinos se celebran solemnemente con canto y en ellos intervienen ministros sagrados y el pueblo participa activamente.
En cuanto a la lengua que debe usarse, cúmplase lo dispuesto en el artículo 36; en cuanto a la Misa, el artículo 54; en cuanto a los sacramentos, el artículo 63, en cuanto al Oficio divino, el artículo 101.
REFLEXIÓN
Este artículo reafirma la importancia de la música en la liturgia, lo cual debe siempre llevarnos a asumir con gran humildad y responsabilidad el servicio que todo cantor realiza en su parroquia. En este sentido el Papa Francisco el 4 de Marzo de 2017 en el marco del congreso internacional de música sacra que tuvo lugar en Roma dice:
1.- "La acción litúrgica reviste una forma más noble cuando los oficios
divinos se celebran solemnemente con canto y en ellos intervienen
ministros sagrados y el pueblo participa activamente. De esta forma,
efectivamente, la celebración adquiere una expresión más alegre, el
misterio de la sagrada Liturgia, y su naturaleza jerárquica y
comunitaria, se manifiestan con más claridad, la unidad de los
corazones se vuelve más profunda con la unidad de las voces”.
2.- La “verdadera solemnidad de la acción litúrgica no depende tanto de la
forma más rica del canto y de la suntuosidad de las ceremonias, sino del
modo digno y religioso de la celebración”
3.- “Se trata, pues, en primer lugar de
participar intensamente en el misterio de Dios, en la "Teofanía" que se
cumple en cada celebración eucarística, en que el Señor se hace
presente en medio de su pueblo, llamado a participar verdaderamente en
la salvación actuada por Cristo muerto y resucitado. La participación
activa y consciente consiste, por lo tanto, en ser capaz de entrar
profundamente en este misterio, en saberlo contemplar, adorar y acoger,
en percibir su sentido, en particular gracias al silencio religioso y
a la musicalidad del lenguaje con que el Señor nos habla”.
4.- La misión que la Iglesia está llamada a perseguir en este ámbito tiene
así dos vertientes.”Por una parte –explicó el Pontífice- salvaguardar
y promover el rico y variado patrimonio heredado del pasado y
utilizarlo con equilibrio en la actualidad evitando el riesgo de una
visión nostálgica o "arqueológica". Por la otra, asegurar que la
música sacra y el canto litúrgico estén totalmente "inculturados" en
los lenguajes artísticos y musicales de la actualidad; esto es que
sepan encarnar y traducir la palabra de Dios en cantos, sonidos y
armonías que hagan vibrar los corazones de nuestros contemporáneos,
creando también un clima emocional adecuado, que predisponga a la fe y
suscite la acogida y la plena participación en el misterio que se
celebra.”
5.- “Ciertamente, el encuentro con la modernidad y la introducción de las
lenguas habladas en la Liturgia ha planteado muchos problemas de
lenguajes, formas y géneros –prosiguió- A veces han predominado la
mediocridad, la superficialidad y la banalidad, en detrimento de la
belleza y la intensidad de las celebraciones litúrgicas. Por eso los
diversos protagonistas de este ámbito, músicos y compositores,
directores y cantantes de coros, animadores de la liturgia, pueden
aportar una contribución inestimable, sobre todo cualitativa, a la
renovación de la música sacra y del canto litúrgico. Para que sea así es
necesario promover una formación musical adecuada, también en los que
se preparan para el sacerdocio, en diálogo con las corrientes musicales
de nuestra época, con las diversas instancias culturales y con actitud
ecuménica”.
Que el Espíritu Santo nos guíe a para hacer la voluntad de Dios.
Capítulo VI dedicado a la música Sacra.
4.- La misión que la Iglesia está llamada a perseguir en este ámbito tiene así dos vertientes.”Por una parte –explicó el Pontífice- salvaguardar y promover el rico y variado patrimonio heredado del pasado y utilizarlo con equilibrio en la actualidad evitando el riesgo de una visión nostálgica o "arqueológica". Por la otra, asegurar que la música sacra y el canto litúrgico estén totalmente "inculturados" en los lenguajes artísticos y musicales de la actualidad; esto es que sepan encarnar y traducir la palabra de Dios en cantos, sonidos y armonías que hagan vibrar los corazones de nuestros contemporáneos, creando también un clima emocional adecuado, que predisponga a la fe y suscite la acogida y la plena participación en el misterio que se celebra.”
Formación Musical diaria por Télegram t.me/ministeriodemusica