Cuántas canciones pidiendo perdón y no perdonamos.
Cuántas canciones hablando de la misericordia y juzgamos sin parar.
Cuántas canciones ofreciendo nuestro sufrimiento y no soportamos el mas mínimo insulto.
Cuántas canciones proclamando el amor a Dios y aún no amamos al prójimo y mucho menos al que consideramos nuestro enemigo.
Cuántos cantos al Señor pero sin el Señor en nuestros corazones.
Espíritu Santo, ayúdanos a obrar, hablar y pensar conforme a la voluntad del Padre.
Amén.